Evaluación de reflejos primitivos
Los reflejos primitivos, son patrones de movimiento de reacción automática e involuntaria, presentes en el recién nacido y que tienen como objetivo dotar al bebe de herramientas para asegurar su supervivencia.
Estos reflejos aparecerán paulatinamente en diferentes etapas del desarrollo del bebé y tendrán que ser reemplazados por movimientos más complejos (reflejos posturales). Para poder integrar e inhibir estos reflejos primitivos, el bebé realiza una serie de movimientos rítmicos y repetitivos. Una vez que el bebé los tenga integrados éstos darán paso a los reflejos posturales, involucrados en nuestro equilibrio, estabilidad y movimientos automáticos (gatear, caminar, correr). Si el niño no es capaz de inhibir e integrar estos reflejos podría presentar problemas en habilidades motoras (problemas posturales, trastornos del movimiento) y/o problemas de aprendizaje y , así como problemas de comportamiento.
Esto no implica que todos los problemas de aprendizaje, atención y comportamiento sean debidos a un problema de reflejos primitivos no integrados.
Para poder inhibir estos reflejos primitivos se trabajan los movimientos rítmicos repetitivos que hacen los bebés y así lograr integrar estos reflejos para que puedan dejar paso a los reflejos posturales y poder ser más eficaz, motriz y visualmente.
Estos movimientos consiguen un mayor control en la postura y el equilibrio, además de influir en el sistema nervioso general, donde también se encuentra el sistema visual.
Por lo que la integración de estos reflejos también nos ayuda a normalizar disfunciones visuales. Estos movimientos deber ser repetidos muchas veces para que los sentidos, el cerebro y la parte motora se desarrollen y se interconecten e integren en su totalidad.
Algunos síntomas visuales que puede presentar un niño con reflejos primitivos activos pueden ser: Reacciona lenta a los cambios de luz, hipersensibilidad a la luz, problemas con el control motor de las manos, destrezas finas disminuidas, mala letra, movimientos de boca cuando escriben o cortan con la tijera, mala pinza para coger el lápiz, aprietan el papel al escribir, problemas en la visión binocular, se tumban en el libro, pobre coordinación ojo-mano, giran el papel para escribir en vertical, problemas en habilidades lectoras, entre otros.
En definitiva, esta evaluación está indicada para en niños con problemas de aprendizaje, de comportamiento y con problemas en habilidades visuales.